lunes, 9 de junio de 2008

Cronicas - "Verano del 89" (Ficción)

érase una vez en las playas de Máncora el año de 1989. Soplaba la brisa, se despedía el sol y yo la abrazaba a ella, Milene, era una hermosa jovencita de solo 12 años, uno mayor que yo, y me sentía fascinado con el perfume natural de su piel, su color, su aroma de niña fresca y pura, su rocío de vida y sus ojos celestes color del cielo norteño. Yo tan enamorado de ella, de esa preciosura de la naturaleza, de esa perfecta creación que parecía no ser real, un espejismo, una ilusión óptica pero no, Milene era mi enamorada, mi enamoradita, la de verdad, la única, mi primer y gran amor.
Nos conocimos en una fiesta en la casa de verano de sus padres, amigos de los míos y de inmediato quedé prendado de ella, yo con 11 años no podía imaginar que esta perfecta criatura podría hacerse toda una mujer algún día y solo vivía el momento.
Fue todo el verano del 89 que la pasé jugando como niños, paseando por la arena, construyendo castillos de arena que luego el destino osaba en derrumbar y nosotros con toda la paciencia y amor del mundo reconstruíamos para nosotros mismos, no sé si era amor, éramos felices. Ya hasta hacíamos planes de como nos íbamos a ver cuando ella regresará a su Piura natal y yo a Lima, la horrible.
Ella me besó por primera vez y sentí un escalofrío tan grande que hasta hoy me es difícil recordar.
El verano estaba por terminar y tras ir del malecón a la playa decidimos darnos el último chapuzón. Milene giró y con su mirada de cielo claro y despejado, me dijo entrelazándose sus rubios mechones que me quería, que nunca me iba a olvidar y que la distancia no podría separarnos. Se fue corriendo a nadar hacia el movido mar de las 6 de la tarde y yo la observaba, yo veía como se alejaba de mí, como si esa analogía de imagen pudiese hacerme dar a entender que ese sería el destino de nuestros días. Milene corría y corría y yo disfrutaba viéndola correr, alejarse, sonreírme.
Un momento de distracción y las olas comenzaron a jalarla, la marea esta brava, y no había salvavidas, mi amor se iba, mi primera ilusión se esfumaba. Eche a correr pidiendo auxilio y yo mismo me arrojé para salvarla. No la alcancé, el mar se la llevó y para siempre. Horas después el cuerpo de rescate de la Policía de Salvataje Nacional me la entregaba con la misma sonrisa pero sus ojos celestes no se abrirían más. Lloré desconsoladamente, fueron 3 meses preciosos, inolvidables, me era imposible creer que ella se fue, que me había dejado para siempre.
Mis padres me llevaron de regreso a Lima y soñaba con ella, con ese amor adolescente y tierno, puro y gran pequeño amor.
No pude tener otra ilusión hasta 14 años después, que conocí a Paula, una pequeña de solo 12 años. Ella me hacía recordar mucho a ese gran amor, ese amor intenso, puro y extraño. !Ella con 12 y yo con 25!
Yo le gustaba a ella, y ella a mí pero no creía que se pudiera repetir la historia.
Lo que más me gustaba de ella y lo único diría yo, era que tenía la edad, y los rasgos de Milene, solo que en una nueva época, mis amigos me decían que debía buscar alguien de mi edad pero yo resignado no me dejaba arrastrar por el que dirán y expuesto a que me cataloguen de loco emprendí mi lucha por la búsqueda del amor real y sincero, el de Paula pero no, ella solo estaba jugando conmigo y abuso de un gran corazón como el mío. Llegué a tener relaciones con Paula, a pesar de doblarle y más la edad. Luego me metieron a la cárcel por abusar de menores y purgo una condena de 8 años pero bien valió la pena. Tal vez por el incisivo deseo de recrear una historia como la de enero del 89 -anhelando estar con ella- y no darme cuenta que el tiempo había pasado.
Ella estaba allí, dentro de mí, en mi cabeza, en mi cuerpo, en mi olor de camisa de escolar, solo que yo ya era hombre y ella estaba "físicamente muerta" y "espiritualmente más viva que nunca". Puede ser que la quise revivir en Paula a mi pequeña y gran amada Milene, lo cierto que hoy Paula sale con adolescentes de su edad y yo quede en su olvido, en cambio Milene, mi verdadero amor estará por siempre en mi ser, en mi mente y en mi corazón.

Corregido. 2004

1 comentario:

Anónimo dijo...

brillante!